Esta es mi frase favorita del libro “Desafiando la tierra salvaje” de Brené Brown, y la he tenido en mi mente todos los días en que se realizaron protestas en Colombia. Aunque voy a nombrar ejemplos específicos de lo que ha ocurrido, la reflexión aplica para todos independientemente de que nacionalidad tengamos y de que estemos viviendo en estos momentos.
Ver violencia y pobreza nos produce incomodidad pues en el fondo nos genera dolor y vergüenza; nunca nos enseñaron a gestionar estas emociones, así que la forma en que las ocultamos es con odio, amargura y resentimiento: “que maten todos esos vándalos”, “malditos policías”, “el pobre está pobre porque quiere”, “todos los de izquierda son ladrones”, etc. Este odio no nos permite ver que casi todos estamos en el mismo bando, todos somos víctimas de la corrupción, la falta de oportunidades, la pobreza, el deficiente sistema de salud, la delincuencia, la violencia, la falta de educación y todos los problemas que enfrentamos en Colombia y en general en toda Latinoamérica.
Al verlos como los “malos”, los “criminales”, los “culpables”, estamos deshumanizando a estos grupos de personas (los vándalos, los policías, los que protestan, los pobres, los ricos, etc.), y lo que debemos hacer es comenzar un proceso de rehumanización y transformar nuestro dolor en compasión, pues absolutamente todas las vidas importan, incluso las de las personas que son diferentes a nosotros.
Al final todos tenemos una historia que contar y si nos acercamos a las personas y conocemos su historia será imposible odiarlas. Por lo tanto, no caigamos en la falsa dicotomía de “o eres bueno o eres malo”, “si muestras empatía con los vándalos entonces estas de su lado”, “si estas en contra de la protesta entonces perteneces al bando de los malos”, y todas las demás frases con las que solemos definir quiénes son los que están bien y quienes los que están mal.
Lo que debemos hacer es “Reunir el valor para reconocer el dolor y para desarrollar un nivel de empatía y compasión, hacia ti mismo y hacia los demás, que te permita identificar de un modo muy especial el dolor en el mundo” Brené Brown.